Cuanto quiere un pez? Yo me enamoro de ti cada tres segundos. Tengo la sensación de que cada vez que te veo es la primera, que todo comienza de nuevo. A veces pienso que lo que ocurre es que descubro cosas nuevas en ti, pero no, son las mismas que las redescubro. Debo ser idiota o algo parecido… quizá tenga algo de déficit de atención.
Llevo ya tiempo despertándome el mismo día; días distintos de iguales percepciones. Por lo menos hoy no trabajo, una leve variación sobre mi programa diario. Después de un buen rato de atonía desperezándome bajo a desayunar en una cafetería bulliciosa cerca de casa. Un bocadillo con coca-cola y después me perderé en el tiempo y apareceré a las once de la noche, ese es el plan. Igual me acerco al acuario a observar a los peces. Cuanto se aprende observando a los peces? Supongo que los biólogos marinos lo harán, yo me conformo con descubrirlos.
Marta me encuentra mirando detenidamente un pez globo.
– Lucas!- me llama con un deje de asombro.
– Hola Marta! Aquí estoy, con los peces…
– Creía que no te gustaban.
– Ya! Pero es que creo que ahora soy uno de ellos… por lo menos en parte.
– Distintas historias mismo desatino… Has pensado en normalizarte?
– En tres segundos tengo poco tiempo para nada.
– Y pensar que algún día me gustaste. No te lo tomes a mal. Eh?
– No… pocas cosas me tomo a mal. Deberías saberlo.
– Si, en fin… me voy, tengo algo de prisa. Me alegra haberte visto.
– También tienes prisa en un acuario?
– No me seas borde… ciao.
La gente siempre tiene prisa y el pez globo desaparece entre unas rocas.
Ya es noche cerrada y esta reiterada quietud me acerca, inevitablemente, otra vez a ti.
Que Bonita forma de querer.
Redescubrir , re admirar, re amar….
Quizá la clave del amor eterno?
Me gustaMe gusta
Interesante reflexión mi querida amiga, gracias por su aporte. Ahora mismo voy a pedir cita en una clínica de rejuvenecimiento, que no me pille la eternidad desprevenido.
Me gustaMe gusta