Los juzgados me impresionan. Abogados de todo tipo y condición recorren pasillos con carpetas, prisas y querellas. Jueces, salas, audiencias, condenados, pleitos… El agobio se va apoderando de mi. Por suerte Sofía, mi amiga abogada, está ducha en estas situaciones, me comenta con serenidad profesional que esté tranquilo… intento creérmelo, al fin y al cabo soy yo el que demando.
Hay un juez con pinta venerable, supuestamente la pinta se la veo yo por mi adicción a las series de abogados americanas, y de eso va el caso, bueno, más o menos.
– El Sr. Tonooi contra el estado de alarma.- dice el alguacil muy serio.
Sofía, perfectamente trajeada para la ocasión, se levanta…
– Señoría voy a demostrar que mi cliente, el Sr. Tonooi, sufre enajenación mental debido al confinamiento obligado por el gobierno durante los meses de marzo, abril y mayo del año 2020 y solicito una disculpa formal y unas vacaciones pagadas en un balneario.- Dice con mucho temple Sofía.
Los acontecimientos se van desencadenando en turnos, réplicas, protestas y llamadas al orden… hasta que me llaman a declarar.
– Sr. Tonooi, es cierto que desde el 20 de marzo y hasta el 20 de abril vio usted cuatro temporadas de la serie de televisión “The good wife” y que cada una de ellas constaba de más de veinte capítulos?- Me pregunta Sofía.
– Si, es correcto.- Respondo parco. Me han recomendado los monosílabos.
– Luego en total vio un total de más de 80 capítulos en un periodo de 30 días?
– Es correcto.- respondo muy en mi sitio.
– Y no es cierto que desde entonces cree que vive en Chicago, trabaja para la fiscalía y desea un tete a tete con Alicia Florrick, personaje ficticio protagonista de dicha serie…
– Protesto, argumentativo.- Oigo desde el otro bando.
– Se admite la protesta.- Zanja el juez.
– No hay más preguntas.- Termina Sofía.
Ni balneario ni disculpa, solo un bono de autobús para asistir a terapia conductiva. Por lo menos he descubierto lo bien que le sientan los trajes a mi querida Sofía.
Genial en los tiempos que no corren. Jaja
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